viernes, 3 de julio de 2009

nº 08 Memoria de circuito


Cuando IBM le vendió su negocio de discos duros a Hitachi en abril de 2002, el socio de IBM, Stuart Parkin se preguntó cuál sería su próximo paso. Había pasado su carrera estudiando la física fundamental de los materiales magnéticos, y realizó una serie de descubrimientos que multiplicaron miles de veces la capacidad de almacenamiento de los discos duros. Así que Parkin optó por desarrollar una manera completamente nueva de almacenar información: un chip de memoria con la capacidad de almacenamiento de un disco duro magnético, la durabilidad de una memoria flash electrónica, y con una velocidad superior a ambos. Llamó a la tecnología nueva “memoria de circuito”.


Parkin afirma que las tecnologías existentes de discos duros magnéticos como así también las memorias a transistores son esencialmente bidimensionales, y dependen de bits magnéticos o de transistores. “Ambas tecnologías evolucionaron durante los últimos 50 años, pero lo hicieron reduciendo los tamaños de los dispositivos o desarrollando medios nuevos para acceder a los datos” según Parkin, quien considera que ambas tecnologías llegarán al límite de sus tamaños en las próximas décadas. “Nuestra idea es totalmente distinta a cualquier memoria jamás creada ya que es tridimensional”, agrega.


La clave radica en un conjunto de nanocables magnéticos con forma de U, dispuestos verticalmente como árboles en un bosque. Los nanocables tienen regiones con distintas polaridades magnéticas, y los límites entre las regiones representan 1s o 0s, dependiendo de las polaridades de cada lado. Cuando una corriente de giro polarizado (una en la que el “giro” quántico-mecánico se orienta en una dirección específica) pasa a través del nanocable, todo el patrón magnético queda arrastrado, como los automóviles que atraviesan un circuito. Los límites magnéticos se encuentran con un par de dispositivos pequeños que leen y escriben los datos en la base de la U.

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